De los 4,300,000 habitantes de Nicaragua, más de 2,000,000 son menores de 15 años. El 35% vive en circunstancias difíciles, pasando hambre, desnutrición, carecen de vivienda y de servicios básicos como: agua, luz, educación y salud.

De estos niños y niñas existen alrededor de 600,000 niños/as trabajadores, de estos el 70% vive en el campo o zona rural y el 30% en el casco urbano. El 64% son varones y el 36% son mujeres.

El número de niños/as trabajadores cada día crece más debido a las políticas neoliberales del gobierno ya que a diario está despidiendo más empleados, lo que obliga a estos niños/as a buscar como ayudar a sus padres. La mayoría de estos niños/as abandonan por estas situaciones las escuelas para poder ejercer su rutina diaria.

En Nicaragua el 70% de la población económicamente está desempleada y los que cuentan con un empleo no cubren ni la mitad del costo de sus necesidades.
En las ciudades la inmensa mayoría de los NATRAS trabajan en el comercio informal, vendiendo de manera ambulante cualquier producto, lustrando zapatos, limpiando parabrisas en los semáforos, cantando en medios de transporte públicos, otros pidiendo limosna y la mayoría de las niñas ejercen el trabajo doméstico o la prostitución.

Estos niños son maltratados, discriminados, violados sexualmente y trabajan sin horario fijo.

Por lo general estos niños salen de sus casas por las madrugadas y regresan por la noche. Otros por las exigencias de su trabajo permanecen todo el día y la noche en lugares donde están expuestos a sufrir graves accidentes por el tipo de trabajo.

La sociedad considera a estos niños como antisociales y son maltildados como niños de la calle, vagos y ladrones.

Organismos que existen en Nicaragua como UNICEF y AIT consideran que el trabajo infantil es una barbaridad que debe ser herradicada ya que representa un riesgo en el trabajo.

En Nicaragua existen varios ONGs que trabajan a favor de la niñez y la familia. Desde hace varios años venimos luchando para que la Asamblea Nacional apruebe el código laboral donde se incluya el trabajo infantil y se regulen las formas del trabajo infantil, no solo en el sector formal sino también en el sector informal donde los niños tengan el derecho de recibir mismo salario por mismo trabajo.

Ahora se continua luchando para que se apruebe el código de la niñez y de la familia, pero para que se apruebe este se consulta a la niñez y a la familia para que sean tomadas en cuentas sus opiniones cuales exigen los derechos a trabajar, a la educación gratuita, formación técnica, a la salud, recreación, a la protección, a opinar libremente.

Esto continua siendo una lucha ya que el gobierno neoliberal no escucha al pueblo, para luchar por todos sus derechos los niños y niñas y adolescentes continuan fortaleciendo su organización NATRAS.

Esteban