
c r e a t i v · u n a b h ä n g i g · u n b ä n d i g
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Ausgabe 21a

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Yo (no) tengo el derecho de autodeterminar mi enseñanza
Con el ejemplo del rehuso hacia las clases de química
En Alemania es obligatorio para gente jóven de asistir a una
escuela. En esta se les dan muchas informaciones que a muchos no les interesan,
estas informaciones solamente son aprendidas por el miedo de obtener malas
notas. Más tarde son olvidadas ya que al fin y al cabo ya nadie
las nesecita.
Esta miseria del sistema escolar en la que los alumnos y maestros no
se sienten bien K.R.Ä.T.Z.Ä. tomó como motivo para levantar
queja para un derecho de autodeterminar la propia enseñanza. Pero
diaro todos los miembros de K.R.Ä.T.Z.Ä. y todo los otros jóvenes
viven como este derecho ignorado. Así que un día yo llegé
a la decisión, de utilizar el derecho que nosotros exigimos, es
decir de boicotear simplemente la materia que no me interesaba. Mi elección
fue química, ya que esta materia casí no me interesaba y
vi que absurda era la obligación de aprenderse de memoría
todas esas formulas. Un testo que hice con mis maestros dio la solución
que las preguntas que saqué de la clase de química no pudieron
ser respondidas, solamente un maestro de 20 me pudo contestar una de las
quatro preguntas.
Así que le di a mi director el testo que hice con mis maestros,
una argumentación de 5 páginas y una escritura en la que
declaré mis futuras faltas a las clases de química. Y ya
no fui a las clases - exactamente durante 7 meses.
Después de esto, ni los maestros ni las autoridades esolares
ni el director se confrontaron con mis escrituras y aparte me amenazaron
de expulsarme de la escuela. Yo participé de nuevo bajo protestas
y reservas. Pero de todos modos mis maestros deseaban que me expulsaran
de la escuela y dos semanas más tarde me habían expulsado
y bajo amenazas prohibido de entrar a la escuela.
Poco tarde vi a mi director en la sala de juicio: Un abogado que fue
contratado por los K.R.Ä.T.Z.Ä. había levantado queja
por medidas de la obligación de cambiar la escuela. Todos los periódicos
diarios de Berlin relataron, debido a las informaciones que K.R.Ä.T.Z.Ä.
sacó, sobre el tema y sacaron artículos que criticaban negativamente
la reacción de las autoridades escolares. El juicio también
criticó que las medidas que se habían hecho, habían
sido demasiado rudos y propusieron hacer un compromiso: Yo debería
seguir yendo a clases hasta que se hubiera aclarado si yo sería
liberado de las clases y mientras tanto las autoridades escolares debían
de retirar mi expulsión. Este compromiso con las autoridades escolares
no fue rechazado por ellas ya que probablemente ellas temían de
perder el proceso.
Así que yo tuve el permiso de regresar a la escuela. Ahora el
juicio solamente tenía que decidirse si se me liberaría de
las clases o no. La cita para esta decisión se declaró dos
semanas más tarde. En la sala de juicio me esperaban como media
docena cámaras de televisión, algunas emisoras de radio y
reporteros de periódicos que estaban muy emocionados en saber si
yo iba a ganar el proceso. Un día antes habíamos hecho una
conferencia de prensa en la que un famoso pedagogo y reformador escolar
dijo que estaba totalmente en favor de lo que yo hacía. Pero no
solamente él estaba de acuerdo con mis exigencias sino también
muchos autores de libros, luchadores de derechos infantiles, críticos
de escuela y además pedagogos y didácticos. Una emisora de
televisión informó: "Llevando a sus maestros a la locura
llegó a ser el más famoso alumno de Berlin." Si hubiera ganado
el proceso, todos los alumnos hubieran tenido la chance de liberarse de
algunas clases y por eso creo que no gané el proceso.
Hacer cambio en el sector escolar a nadie se le ha sido fácil.
Pero sin embargo yo lo traté de hacer. Y con estas exigencias de
K.R.Ä.T.Z.Ä. de la autodeterminación de la enseñanza
y mi proceso pudimos llamar a muchas personas la atención y esto
no solamente en Alemania (sino también en Austria y la Suiza).
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