KinderRächtsZeitung Regenbogen
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Ausgabe 21a

Editorial
Selbstdarstellungen der Projekte
Kinderarbeit in Nicaragua
Umfrage zum Thema Kinderrechte
Ich habe (nicht) das Recht, mein Lernen selbst zu bestimmen
Erziehungserlebnis
Eindrücke von einer deutschen Schule
Erwartungen der NATRAS vor ihrer Reise nach Berlin
Brief an KRÄTZÄ aus Managua
Ein Abenteuer auf dem Land in Deutschland
Reiseeindrücke
Eindrücke von der Umwelt in Deutschland
Erwartungen an den Kongreß
Was bedeutet Gleichberechtigung in der Familie?
Die Problematik der an den Ampeln arbeitenden Kinder
Beschreibung des Projektes Internet
Abschlußerklärung des Kongresses
Kinderrechte-Kongreß "Gleichberechtigung ohne Altersgrenze"
(AUF SPANISCH:)
Editorial
Presentación de los proyectos
Trabajo Infantil en Nicaragua
Encuesta sobre los derechos infantiles
Yo (no) tengo el derecho de autodeterminar mi enseñanza
Experiencia pedagógica
Impresiones sobre la escuela alemana
Espectativas de los NATRAS antes de viajar a Berlin
Carta a KRÄTZÄ de Managua
Una aventura en el campo de Alemania
Impresiones sobre el viaje
Impresiones sobre el medio ambiente de Alemania
Espectativas del congreso
Qué es lo que significa igualdad de derechos en la familia?
La problemática de los niños en los semáforos
Reseña del proyecto de Internet
Pronunciamiento del congreso
Congreso de derechos infantiles "Igualdad de Derechos sin límite de edad"

Cover Ausgabe 21a
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Yo (no) tengo el derecho de autodeterminar mi enseñanza

Con el ejemplo del rehuso hacia las clases de química

En Alemania es obligatorio para gente jóven de asistir a una escuela. En esta se les dan muchas informaciones que a muchos no les interesan, estas informaciones solamente son aprendidas por el miedo de obtener malas notas. Más tarde son olvidadas ya que al fin y al cabo ya nadie las nesecita.
Esta miseria del sistema escolar en la que los alumnos y maestros no se sienten bien K.R.Ä.T.Z.Ä. tomó como motivo para levantar queja para un derecho de autodeterminar la propia enseñanza. Pero diaro todos los miembros de K.R.Ä.T.Z.Ä. y todo los otros jóvenes viven como este derecho ignorado. Así que un día yo llegé a la decisión, de utilizar el derecho que nosotros exigimos, es decir de boicotear simplemente la materia que no me interesaba. Mi elección fue química, ya que esta materia casí no me interesaba y vi que absurda era la obligación de aprenderse de memoría todas esas formulas. Un testo que hice con mis maestros dio la solución que las preguntas que saqué de la clase de química no pudieron ser respondidas, solamente un maestro de 20 me pudo contestar una de las quatro preguntas.
Así que le di a mi director el testo que hice con mis maestros, una argumentación de 5 páginas y una escritura en la que declaré mis futuras faltas a las clases de química. Y ya no fui a las clases - exactamente durante 7 meses.
Después de esto, ni los maestros ni las autoridades esolares ni el director se confrontaron con mis escrituras y aparte me amenazaron de expulsarme de la escuela. Yo participé de nuevo bajo protestas y reservas. Pero de todos modos mis maestros deseaban que me expulsaran de la escuela y dos semanas más tarde me habían expulsado y bajo amenazas prohibido de entrar a la escuela.
Poco tarde vi a mi director en la sala de juicio: Un abogado que fue contratado por los K.R.Ä.T.Z.Ä. había levantado queja por medidas de la obligación de cambiar la escuela. Todos los periódicos diarios de Berlin relataron, debido a las informaciones que K.R.Ä.T.Z.Ä. sacó, sobre el tema y sacaron artículos que criticaban negativamente la reacción de las autoridades escolares. El juicio también criticó que las medidas que se habían hecho, habían sido demasiado rudos y propusieron hacer un compromiso: Yo debería seguir yendo a clases hasta que se hubiera aclarado si yo sería liberado de las clases y mientras tanto las autoridades escolares debían de retirar mi expulsión. Este compromiso con las autoridades escolares no fue rechazado por ellas ya que probablemente ellas temían de perder el proceso.
Así que yo tuve el permiso de regresar a la escuela. Ahora el juicio solamente tenía que decidirse si se me liberaría de las clases o no. La cita para esta decisión se declaró dos semanas más tarde. En la sala de juicio me esperaban como media docena cámaras de televisión, algunas emisoras de radio y reporteros de periódicos que estaban muy emocionados en saber si yo iba a ganar el proceso. Un día antes habíamos hecho una conferencia de prensa en la que un famoso pedagogo y reformador escolar dijo que estaba totalmente en favor de lo que yo hacía. Pero no solamente él estaba de acuerdo con mis exigencias sino también muchos autores de libros, luchadores de derechos infantiles, críticos de escuela y además pedagogos y didácticos. Una emisora de televisión informó: "Llevando a sus maestros a la locura llegó a ser el más famoso alumno de Berlin." Si hubiera ganado el proceso, todos los alumnos hubieran tenido la chance de liberarse de algunas clases y por eso creo que no gané el proceso.
Hacer cambio en el sector escolar a nadie se le ha sido fácil. Pero sin embargo yo lo traté de hacer. Y con estas exigencias de K.R.Ä.T.Z.Ä. de la autodeterminación de la enseñanza y mi proceso pudimos llamar a muchas personas la atención y esto no solamente en Alemania (sino también en Austria y la Suiza).

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